Una cosa que caracteriza mi estudio es que trabajo con luz natural, y eso ayuda mucho a que los niños se sientan más relajados. No tienen que estar estáticos pendiente de los flases que muchas veces les incomodan. Y eso le ocurrió a Pedro, que desde el primer momento se sintió cómodo, lo que le hizo disfrutar de la sesión, y claro, eso se nota en las fotografías. Un autentico modelo, ¿a que si?
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